En este sentido, en sintonía con estos acuerdos internacionales y sus propios objetivos, el ICC ha desarrollado acciones de adaptación apoyando a agricultores de maíz y frijol. En los años 2012-2013, en el marco del programa Desarrollo Resiliente al Cambio Climático (CCRD, por sus siglas en inglés) de la Agencia de Cooperación Internacional de los Estados Unidos de América (USAID, por sus siglas en inglés), se apoyaron a agricultores de la parte alta de las cuencas y de la parte baja (ver la siguiente figura).

Ubicación de grupos beneficiados (aldea Tzamjuyup, Nahualá, Sololá; Parramos, Chimaltenango; Nueva Concepción, Escuintla, Parcelamiento Centro 1, San José La Máquina y Parcelamiento Centro 2, San Andrés Villaseca, Retalhuleu).

Acciones llevadas a cabo:

  1. Análisis de las cuatro localidades basado en literatura científica, informes institucionales y consultas directas a centros en investigación de cultivos de frijol y maíz de Guatemala, así como a los comunitarios, incluyendo mujeres, hombres y ancianos.
  2. Implementación de diplomados de adaptación al cambio climático dirigido a agricultores de las cuatro localidades. En el caso de Tzamjuyup, se efectuó con pertinencia cultural al efectuarlo en el idioma Maya K’iche’.
  3. Se presentaron alternativas específicas de adaptación a los cultivos de maíz y frijol, que se complementaron con giras de intercambio de experiencias en otras localidades donde ya se habían establecido estas medidas y estaban en funcionamiento.
  4. Se establecieron parcelas demostrativas de adaptación en cada una de las localidades de intervención como mecanismo local para la transferencia de la tecnología, buscando con ello motivar a los agricultores de comunidades o localidades a la periferia a adoptar las tecnologías propuestas.
  5. Se desarrollaron dos investigaciones con estudiantes de la Universidad de San Carlos del Centro Universitario de Suroccidente (CUNSUROC). En ambos casos, se evaluó al poliacrilato de potasio como elemento que aumenta la capacidad de almacenamiento de agua en el suelo. En uno de los casos se evaluó para el cultivo de frijol (en Parramos) y en otro, en el cultivo de maíz (en San José La Máquina).

Entre las medidas establecidas pueden mencionarse: uso de variedades con características de tolerancia a escasez de agua, variedades nativas resistentes, prácticas de conservación de suelos y agua, cero labranza, cero quemas, uso e incorporación de materia orgánica, cambio de fechas de siembra, almacenamiento y manejo pos-cosecha de los granos de maíz y frijol.

a) Estructura de conservación de suelos con el uso de banca inclinada, y b) Monitoreo de campo con beneficiario de la iniciativa.