A partir del 2018 inició el desarrollo del protocolo para la estimación de huella hídrica de la caña de azúcar, así como del cultivo del banano basado en la metodología de evaluación de Huella Hídrica planteado por la Red Internacional de Huella Hídrica (WFN, por sus siglas en inglés).

La huella hídrica es un indicador que define el volumen de agua que se utiliza para la producción de un bien o servicio. Tiene 3 componentes: 1) huella hídrica verde, es la que aporta la lluvia; 2) huella hídrica azul, es el agua que se obtiene de un cuerpo de agua superficial o subterráneo; y 3) Huella hídrica gris, es el agua que queda después de un proceso y que debe ser tratada de forma adecuada para ser reincorporada a la naturaleza.

Se utilizó la información meteorológica durante la temporada de desarrollo del cultivo, procesada mediante el software desarrollado por la FAO CROPWAT 8.0. Se utilizó la información suministrada por la Red de Estaciones Meteorológicas ICC. En el caso del banano, se complementó con la información pluviométrica de las unidades bajo producción. La huella hídrica azul se estimó utilizando los registros de los volúmenes de agua y rendimientos presentados por las empresas que participaron en el estudio. La huella hídrica gris se estimó considerando la posible contaminación por el uso de fertilizantes nitrogenados para el proceso agrícola.

Huella hídrica del cultivo de caña de azúcar, según estrato altitudinal (verde: agua de lluvia, azul: riego, gris: dilución de contaminación), zafra 2018-2019
Comparación de la huella hídrica del cultivo de caña de azúcar en otros países con Guatemala (zafra 2018- 2019)

 

En cuanto al cultivo del banano, se incluyeron 39 fincas agremiadas a la Asociación de Productores Independientes de Banano (APIB) que en conjunto suman 11,084 hectáreas, distribuidas en la vertiente del Pacífico.

Los resultados indican que el cultivo de banano, para esta zona de producción, tiene un requerimiento anual de agua (ETc) de 1,696 mm/año, siendo los meses de marzo, julio y noviembre los de mayor demanda. La lluvia contribuyó entre 681 a 936 mm/año (ETv) por lo que el riego complementó el requerimiento del cultivo (ETa).

Requerimiento hídrico medio del cultivo de banano en la vertiente del Pacífico de Guatemala.

 

La huella hídrica media para esta zona de producción es de 6 metros cúbicos de agua por cada caja de 18.86 kilogramos de banano empacado -m3/caja- lo que equivale a 0.32 metros cúbicos de agua por kilogramo de banano.

Proporción según componentes huella hídrica (HH) verde, azul y gris en el cultivo del banano.

 

Se compararon los resultados obtenidos con datos a nivel mundial, y tal y como se puede observar en la figura 36, la huella hídrica estimada para Guatemala es baja comparada con otros países productores como Perú, Ecuador y Republica Dominicana, mientras que para Costa Rica se indica una mínima cantidad de agua de riego.

Comparativo de huella hídrica (HH) del cultivo de banano en algunos países. Fuente: FAO, 2017; Zarate, E. y Derk, K., 2013; Zarate, E. y Derk, K., 2017; FAO y GIZ, 2017

Estimación de la huella de carbono y huella hídrica en la producción de aguacate

En el 2019, la empresa Palo Blanco S.A. de Guatemala se volvió miembro del ICC, y como parte de las actividades a desarrollar en conjunto, se encuentra estudiar la huella de carbono y huella hídrica de la producción de aguacate. La huella de carbono busca identificar y cuantificar las fuentes de emisión resultantes del proceso de producción y empaque del aguacate. Según las metodologías internacionales, incluye emisiones directas por el uso de combustibles fósiles para actividades agrícolas y trasporte interno, combustibles fósiles para generación de electricidad en la planta empacadora, emisiones directas e indirectas por la utilización y aplicación de fertilizantes nitrogenados y emisiones indirectas por el consumo de energía eléctrica proveniente de la red nacional. Para su cálculo, se toma de referencia las directrices del IPCC 2006 para los inventarios nacionales de GEI. Los gases que se reportan en el inventario son: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) expresados en toneladas de CO2 equivalente (ton CO2eq).

La huella hídrica busca cuantificar el volumen de agua utilizada para la producción de aguacate, tanto de lluvia (denominada agua verde por la metodología internacional), de fuentes subterráneas y superficiales (agua azul) y el agua requerida para diluir el volumen de cierta carga de contaminantes (agua gris). Para su cálculo, se toma de referencia la metodología propuesta por Hoekstra et al. (2011).

Los estudios se realizaron en tres fases: 1) visita de campo para caracterizar el ciclo de producción del cultivo de aguacate y la planta empacadora; 2) recopilación de información a través de los formularios que se diseñaron en función a lo observado en la visita de campo; 3) análisis de la información y cálculos correspondientes para determinar las emisiones de GEI que se generan y el volumen de agua que se utiliza por cada kilogramo de aguacate producido.

Se estimó una huella de carbono de 0.24 kg- CO2eq/kg aguacate y una huella hídrica de 477 litros de agua/kg aguacate como media ponderada. El aguacate de Guatemala se distingue de los productores principales del mundo (norte de México, Israel, Chile, España) en que es nativo y se cultiva en lugares húmedos, por lo que la gran mayoría del agua utilizada por el cultivo (90%) proviene de la lluvia (huella verde) y el 5.4% de agua (huella azul) es de riego. En el caso de las plantaciones de Palo Blanco, la cifra es tan baja porque el riego utilizado es por goteo. En el caso de la huella de carbono, es menor que la huella estimada para el aguacate de otros países. Siendo los primeros estudios, seguramente habrá mejoras y mayor detalle a futuro.

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